7 de agosto de 2012

Hugo Pratt y el Corto Maltés (1). Apuntes biográficos

El historietista italiano Hugo Pratt (1927-1995) nació en una aldea cercana a Rimini y pasó su infancia en Venecia. A los seis años viajó con su madre a Etiopía -por entonces ocupada por la Italia fascista- donde estaba trabajando su padre. Allí, en 1941, la familia fue internada en un campo de prisioneros en el que moriría su padre al año siguiente. El y su madre pudieron ser evacuados a su país natal gracias a la intervención de la Cruz Roja. Ya en Venecia -controlada militarmente por los nazis-, se unió al bando de los aliados y comenzó a trabajar de intérprete y organizador de espectáculos para los soldados. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Pratt comenzó su carrera como dibujante en la revista "Albo Uragano", creada por el editor Mario Faustinelli (1924-2006). Sus primeros dibujos estaban influidos notablemente por los estadounidenses Milton Caniff (1907-1988) y Will Eisner (1917-2005), grandes dibujantes de cómics de aquella época. Pronto pasó a formar parte del llamado Grupo de Venecia compuesto por el guionista y novelista Alberto Ongaro (1925) y los dibujantes Fernando Carcupino (1922-2003), Rinaldo D'Ami (1923-1979), Dino Battaglia (1923-1983), Paul Campani (1923-1991), Giorgio Bellavitis (1926-2009) e Ivo Pavone (1929).
En esa publicación nació en 1947 el primer personaje conocido del que Pratt participó como dibujante bajo guión de Ongaro: Asso di Picche (As de Pique). En 1949, esta historieta se publicó en Argentina en la revista "Salgari" cuyo editor, Cesare Civita (1905-2005), invitó a Pratt y Faustinelli a que trabajasen para él. Pratt permaneció en la Argentina hasta 1959. Aquí se relacionó con grandes artistas argentinos como Francisco Solano López (1928-2011) y Héctor Germán Oesterheld (1919-1978) y comenzó a dibujar sus series más importantes hasta ese momento: Sargento Kirk, Ticonderoga y Ernie Pike además de participar en Junglemen, El Cacique Blanco y Legión Extranjera. Sus colaboraciones con Oesterheld representaron un punto de inflexión dentro de su estilo de dibujo. Se alejó de los modelos norteamericanos y comenzó a desarrollar el suyo propio, tanto a nivel gráfico como narrativo, desembocando en la realización de series como Ana de la Jungla, El Capitán Cormorant y Wheeling. Tras pasar un año en Inglaterra realizando historias bélicas para la editorial Fleetway, Pratt residió un tiempo en Brasil donde, junto al inolvidable Alberto Breccia (1919-1993), colaboró en la creación de la Escuela Panamericana de Arte.
La crisis económica en Argentina -que le impide continuar trabajando como dibujante- lo llevó en 1962 de regreso a Italia. Pratt trabajó por esa época como dibujante para la publicación infantil "Corriere dei Piccoli" hasta que, en julio de 1967, comienza a publicarse la lujosa revista de historietas "Sgt. Kirk". Allí nació Corto Maltés, uno de los hitos más importantes en la historia del cómic. Pratt se instaló en 1970 en Laye, al sudeste de Francia, y más tarde en París. Los cinco primeros años de esta década los dedicó a su personaje más famoso: Corto Maltés. Luego, en 1983, realizó con el dibujante italiano Milo Manara (1945) el álbum "Verano Indio", una experiencia que repetirían en 1991 con "El Gaucho". Por entonces   Pratt ya se había radicado en Grandvaux, Suiza, donde fallecería poco después de haber cumplido los sesentiocho años convertido en un verdadero mito de la historieta.
Según la cronología creada por Pratt, Corto Maltés nació el 10 de julio de 1887 en La Valetta, Malta. Su padre era un marino inglés oriundo de Cornualles y su madre una gitana llamada "La Niña de Gibraltar", nacida en Sevilla, España. Su residencia habitual es en La Antigua, una isla de las Antillas, pero su residencia predilecta la tiene en Hong Kong. Su primera aventura conocida es "La balada del Mar Salado", historia en la que el protagonista cuenta cómo una amiga de su madre, una gitana llamada Amalia, quiere leer el futuro del joven en las líneas de la mano, y cómo se sorprende cuando descubre que Corto no las tiene. El hecho marca a nuestro protagonista: al carecer de la línea de la Fortuna él no tiene marcado su destino, es libre de hacerlo por sí mismo. Sin esperar más, se marca su propia línea de la vida con una cuchilla. En los siguientes álbumes nos iremos enterando que Corto viajó a China en plena guerra de los Boxers (1900) y que con sólo trece años se compromete en su primera acción bélica destruyendo un cañón.
A fines de 1904 presencia la revuelta de Manchuria y conoce a Jack London (1876-1916), el famoso narrador inglés. Allí también traba amistad con Rasputín, un desertor de la armada del Zar, con quien zarpa hacia Africa en busca de las minas de oro de Etiopía. Estos hechos aparecen en "La Juventud de Corto Maltés". En 1905, en la Patagonia argentina, Corto y Rasputín se topan con dos famosos bandidos norteamericanos Robert LeRoy Parker (1866-1908) y Harry Alonzo Longbaugh (1867-1908), los célebres Butch Cassidy y Sundance Kid. Dos años después, Corto ha vuelto a Italia, precisamente a Ancona, donde conoce a un ruso llamado Dzhugashvili, un modesto encargado de hotel que terminará siendo el autócrata Iósif Stalin (1879-1953). Con el joven Stalin también traba amistad, hecho que terminará beneficiándolo quince años después durante los sucesos narrados en el álbum "La casa dorada de Samarkanda", cuando es hecho prisionero del Ejército Rojo y el por entonces Comisario de las Nacionalidades logra salvarle la vida.
Corto retorna a la Argentina en 1908 y desde allí hasta 1913 hace escala en Marsella, en Túnez, en Las Antillas, conoce Nueva Orleans, recorre la India y nuevamente recala en China. Hacia 1910, en el barco Bostonian, defiende al joven periodista estadounidense John Reed (1887-1920), futuro dirigente de la Internacional Comunista y autor de dos insuperables libros de crónicas: "México insurgente" y "Diez días que conmovieron al mundo". En 1913 trabaja a las órdenes de un personaje misterioso, el Monje, en las aguas del Pacífico Sur. El 31 de octubre de ese mismo año es abandonado en pleno mar flotando atado en una balsa de madera y al día siguiente es rescatado por su viejo conocido Rasputín. Luego de esta aventura comienzan las historias en Sudamérica, que pertenecen a las obras "Bajo el signo de Capricornio" y "Siempre un poco más lejos".
En 1916, Corto Maltés recorre Brasil y el Amazonas, donde conoce a una bruja centenaria, Boca Dorada, que afirma haber conocido a su madre, su abuela y su bisabuelo. En 1917 se traslada a Saint Kitts, Antillas, Belice, Maracaibo y Barbados. Posteriormente vuelve a Europa. Su aventura denominada "Las célticas" se inicia en Venecia para trasladarse al mar Adriático y a Stonehenge en un clima de hadas y mitología céltica, y luego a Dublín, donde se ve involucrado en las acciones del IRA contra el ejército inglés. El siguiente relato, "Las etiópicas", transcurre en Yemen, Somalia y Etiopía. En noviembre de 1918 se reencuentra con Rasputín y comienza "Corto Maltés en Siberia". Esta historia además transcurre en Mongolia y China, donde trabaja para una organización llamada Linternas Rojas que intenta robar las joyas de la familia real rusa durante la guerra civil que siguió a la Revolución Rusa.
De vuelta de Asia, recala una vez más en Venecia para el álbum "Fábula en Venecia". Allí, mientras busca la clavícula del rey Salomón, se ve envuelto en varias trifulcas entre masones y fascistas. La siguiente aventura lo encuentra en Rodas, buscando el tesoro de Alejandro el Grande. En 1923, Corto retorna a la Argentina, más precisamente a Buenos Aires, donde transcurre "Tango". De 1924 es la aventura de "Las helvéticas", en los cantones suizos, donde conoce a Hermann Hesse (1877-1962) y, gracias a un potaje alucinógeno -el filtro de Paracelso-, sale rejuvenecido.
Luego de recorrer continentes y océanos, Corto Maltés emprende en 1925 su última aventura narrada en el álbum "Mu. La búsqueda de la Atlántida". Pratt no dibujó más aventuras completas de Corto, pero por apuntes, ilustraciones y menciones en otras obras, pueden seguírsele las huellas al marino. Así, en 1936 se inmiscuye en la Guerra Civil Española formando parte de las Brigadas Internacionales y allí desaparece de escena, un dato que se menciona en otra obra de Pratt: "Escorpiones del desierto". El mismo Pratt negó que esa desaparición significase la muerte de su personaje, al contrario. De hecho, en la introducción original de "La balada del Mar Salado", Pratt cuenta que un Corto entrado en años pasa los días melancólico y distante; y en otra ocasión Pratt definió el destino de su más grande personaje: "En un mundo donde todo es electrónico, donde todo se encuentra calculado e industrializado, no hay lugar para un tipo como Corto Maltés". El propio Corto afirmaría: "Una gitana me predijo que cuando yo muera, morirán conmigo todos los que estén a mi alrededor". El mundo que nació tras esa guerra ya no era un mundo para Corto Maltés.



La fértil imaginación y la vasta cultura de Hugo Pratt convirtió a este marinero romántico de silueta estilizada en un icono del siglo XX. A través de él, Pratt revolucionó el mundo de la historieta y supo abrirla a un público nuevo. Mucho antes de que el término "novela gráfica" se pusiera de moda, el psicoanalista y semiólogo argentino Oscar Masotta (1930-1979 calificó su obra de "literatura dibujada". Con la misma capacidad que demostró Corto Maltés para surcar mares y recorrer continentes, Pratt fue capaz de cruzar las fronteras que a menudo separan las distintas concepciones del arte y de la literatura. Por eso no sorprende que Woody Allen (1935) cite a Corto Maltés en su film "Hannah and her sisters" (Hannah y sus hermanas) de 1986 ni que se hayan realizado múltiples adaptaciones de sus historias tanto en el cine como en el teatro. Tras la muerte de Pratt, el novelista y semiólogo Umberto Eco lo definió como el Salgari del siglo XX, aunque "contrariamente a Salgari, Hugo Pratt escribía bien". Y no sólo escribía bien, Pratt demostró también ser un gran dibujante. Su faceta como acuarelista se reconoció en una gran retrospectiva en la Pinacoteca de París en 2011 y en los tradicionales salones del cómic de la ciudades francesas de Saint-Malo y de Poitou-Charentes.