10 de agosto de 2010

Los surrealistas (6). Benjamin Péret, Maurice Blanchard & Jacques Prevert

"Si se ignoran las características afectivas, emocionales y pasionales que determinaron su nacimiento, los escritos y el arte surrealistas son sencillamente ininteligibles -sostiene Patrick Waldberg en "Surrealismo. Un mundo de arte"-, ya que el Surrealismo no es ni ha sido nunca una escuela, sino un estado de ánimo, un haz de experiencias y un conjunto de aspiraciones tendientes a restituir al ser su totalidad". Para darle forma a ese estado de ánimo, Breton publicó el 15 de octubre de 1924 "Le manifeste du Surréalisme" (El manifiesto del Surrealismo), una suerte de declaración de derechos y deberes de los poetas que
originalmente estaba destinado a ser el prólogo de la colección de poemas en prosa titulado "Poisson soluble" (Pez soluble).



"El manifiesto del Surrealismo" contenía una reflexión rigurosa sobre los medios y los fines de la poesía, una reflexión original y, por cierto, diferente a las consideraciones dadaístas. "El Surrealismo -declaraba Breton- descansa en la creencia de una realidad superior de ciertas formas de asociación no tenidas en cuenta hasta hoy, de la omnipotencia del sueño, del proceso desinteresado del pensamiento. Tiende a arrasar definitivamente todos los mecanismos psíquicos restantes y a substituirlos en la resolución de los principales problemas de la vida".


Más adelante lanzaba frases como: "Reducir la imaginación a la esclavitud, aunque fuera por lo que groseramente se llama la felicidad, es sustraerse a todo cuanto en el fondo de sí mismo hay de justicia suprema" o "Quiero que se haga silencio cuando se cese de sentir". Y también: "Creo en la futura resolución de esos dos estados, en apariencia tan contradictorios, que son el sueño y la realidad, en una especie de realidad absoluta, de surrealidad, si así puede decirse" o "El lenguaje ha sido dado al hombre para que haga de él un uso surrealista". "Estas frases -recuerda Waldberg- irrumpían en un mundo que la guerra había minado moral e intelectualmente. Desde el romanticismo y, a fines del siglo XIX, algunos destellos del simbolismo, no se había oído un llamamiento apremiante formulado de modo tan perentorio y prestigioso. Su efecto tuvo fuerte repercusión y sus ondas, ampliándose sin cesar, propagaron el mensaje cada vez más lejos, hasta nuestros días".


Poco después del lanzamineto del manifiesto se inauguró en París -en la calle Grenelle nº 15- el Bureau des Recherches Surréalistes (Centro de Investigaciones Surrealistas) y, el 1 de diciembre del mismo año, apareció el primer número de la revista "La révolution surréaliste" con un prefacio que, entre otras cosas, decía: "Como el proceso del conocimiento ya no tiene lugar y la inteligencia no se tiene ya en cuenta, sólo el sueño deja íntegro el derecho del hombre a la libertad. Gracias al sueño, la muerte no tiene ya un sentido oscuro y el sentido de la vida se vuelve diferente". Y más adelante: "Todo es murmullo, coincidencia; el silencio y la llama arrebatan su propia revelación. Los autómatas ya se multiplican y sueñan. En los cafés piden con prisa algo para escribir, las vetas del mármol son las gráficas de su evasión y sus coches van solos al bosque".
 

Benjamin Péret (1899-1959). Poeta que participó en las actividades dadaístas y contribuyó a fundar el movimiento surrealista, del que nunca se separaría. Bretón se refirió a él en 1952 como su más querido y más viejo compañero de lucha. Aragon lo había definido como "el hombre que nunca está prevenido contra la existencia, el que uno encuentra en el amanecer, el que desafía el buen sentido en cada respiración". Comprometido con las causas revolucionarias en general y con el trotskismo en particular, Péret encarnó de manera ejemplar el devenir revolucionario del Surrealismo. Trabajó como corrector de pruebas y redactor de noticias policiales en varios periódicos y, en 1929, se estableció en Brasil, país del que fue expulsado por sus actividades políticas. En España participó en la Guerra Civil combatiendo en las Brigadas Internacionales. Se refugió luego en México, donde vivió hasta 1947. Ese año regresó a Francia para permanecer junto a Bretón en la defensa de los ideales surrealistas. Es autor, entre otros, de "Le passager du transatlantique" (El pasajero del transatlántico), "Immortelle maladie" (Enfermedad inmortal), "Trois cerises et une sardine" (Tres cerezas y una sardina), "Le manifeste des exegetes" (El manifiesto de los exégetas) y "La brebis galante" (La oveja galante). Pierre Naville (1904-1993), su compañero en la fundación y dirección de "La révolution surréaliste", escribió sobre él: "Benjamín Péret es uno de los principales creadores del Surrealismo, si no el principal. Por esta razón el mundo oficial lo descuida, lo olvida y lo niega. Esta desconsideración honra al poeta". En 1934, Péret escribió el poema "Derriére les fagots" (Detrás de las gavillas). Dice así:

Entre los vestigios dorados de la fábrica de gas/ encontrarás una pastilla de chocolate que huirá cuando te acerques/ si corres tan velozmente como un tubo de aspirina/ irás lejos tras el chocolate/ que trastorna el paisaje/ al estilo de un zapato agujereado/ sobre el que se arroja un abrigo de viaje/ para no asustar a los transeúntes con el espectáculo de esta desnudez/ que hace castañetear los dientes a las cajas de polvo de arroz/ caer las hojas de los árboles como las chimeneas de fábrica/ y el tren pasa sin detenerse delante de una pequeña estación/ porque no tiene ni hambre ni sed/ porque llueve y no tiene paraguas/ porque las vacas no regresaron aún/ porque el camino no es seguro y no le gusta/ encontrar borrachos o ladrones o policías/ pero si las alondras hicieron cola en la puerta de las cocinas/ para hacerse tostar/ si el agua rehusara mezclarse con el vino/ y si tuviera cinco francos/ habría algo nuevo bajo el sol/ habría panes con ruedecillas que echarían abajo los cuarteles de la gendarmería/ habría viveros de barba donde los gorriones harían la cría de gusanos de seda/ habría en el hueco de mi mano/ una lamparilla fría/ dorada como un huevo al plato/ y tan ligera que la suela de mis zapatos volaría como una falsa nariz/ de suerte que el fondo del mar sería una cabina telefónica/ desde donde nadie obtendría jamás ninguna comunicación.


Maurice Blanchard (1890-1960). Considerado por Breton, Eluard y Péret como uno de los más grandes poetas, fue sin embargo poco conocido en vida. Piloto de aviación en la Primera Guerra Mundial, ingeniero aeronáutico, creador de numerosos prototipos de aviones, desde 1941 participó en las actividades de "Le main á plume", el periódico que publicaba la Resistencia, corriendo los más grandes riesgos. "Gracias a la poesía, este hombre del silencio, de la soledad, pudo cantar, gritar, vociferar, perforar el muro de la desesperación", dijo de él Noël Arnaud (1919-2003), editor francés y compañero de lucha durante la ocupación nazi. Ha escrito, entre muchísimos otros poemas, "Les lys qui pourrissent" (Los lirios que se pudren), "Les périls de la route" (Los peligros del camino), "Solidité de la chair" (La fuerza de la carne), "C'est la fête et vous n'en savez rien" (Es hora de la fiesta y no sabes nada), "La hauteur des murs" (La altura de las paredes), "L'homme et ses miroirs" (El hombre y los espejos), "Le monde qui nous entoure" (El mundo que nos rodea) y "Le pain et la lumiere" (El pan y la luz). Lo que sigue es "Les barricades mystérieuses" (Las barricadas misteriosas), de 1937:

Las osamentas cerraban el camino/ ¡Tanto peor!, me decía,/ puesto que de todos modos el enterrado vivo germinará/ ¡tanto peor para los huesos!/ Me torcí levemente los pies./ Juré contra los más sagrados nombres de los dioses,/ pero aún así hice una buena travesía./ ¡Eh! ¡Eh! ¡La buena travesía!/ ¡Eh! ¡Eh! ¡La mar inmensa de la existencia!/ El silbato soplado en doble escala por la salvación de los muertos./ Era chapoteadora la mar inmensa de la existencia./ En mi vida produnda./ En mi vida de vaca veo una barrera/ tan alta como mi hocico./ Y pongo mi buena jeta de vaca sobre la barrera./ Y la barrera me cosquillea las costillas./ Y la barrera me hace reír. Entonces, lamo mi barrera/ con esta enorme lengua mía de vaca./ En la noche tunecina, nombro las constelaciones,/ las estrellas saludables y las que no lo son,/ Casiopea, Alfa del Escorpión,/ les doy nombre a las que no conozco./ Poincaré el joven Escipión o Félix Faure el Gran Pompeyo,/ las margaritas de la noche azul, nosotros los hermanos de la mar chapoteadora,/ berreamos resplandecientes imbecilidades,/ traemos al capitán borracho como un cerdo./ Al atardecer de una jornada de cozcorrones/ Cupido se entregó a su sueño gritando:/ "¡Voy a ser feliz! ¡Me voy a desvanecer por la entera eternidad!"./ Y la eternidad se arrojó al sol anunciando:/ "Sólo estoy de paso"./ Pero el sol saltó sobre el ojo del general./ Y era el atardecer de la batalla./ Y el general conducía hacia la victoria con mano firme.../ ¡Oh! ¡Qué día horrible!


Jacques Prevert (1900-1977). Poeta, dramaturgo y guionista cinematográfico, participó en el movimiento surrealista desde 1925 hasta 1929, año en que rompió con Breton y escribió un violento panfleto en su contra. Sin embargo, siempre se destacará en él la huella de un surrealismo recibido profundamente, reconstruido y desarrollado en un clima de fantasía y de absoluta libertad. Sus poemas atacan al aparato oficial, la Iglesia, el Estado y todos los opresores en general, con una virulencia humorística, alternando con poemas llenos de resonancias de Apollinaire. En 1931 publicó su primer poema en la revista "Commerce". Su título: "Tentative de description d'un dîner de têtes à Paris-France" (Tentativa de descripción de un banquete de mascarones en París-Francia). Luego publicaría "Histoires" (Historias), "Spectacle" (Espectáculo), "La pluie et le beau temps" (La lluvia y el buen tiempo), "Lumières d'homme" (Luces de hombre), "Histoires et d'autres histoires" (Historias y otras historias), "Fatras" (Fárrago) e "Imaginaires" (Imaginarios). Escribió también teatro -"Octobre" (Octubre)- y guiones para las grandes películas de Marcel Carné (1906-1996). Afiliado al Partido Comunista Francés, por sus críticas al estalinismo lo acusaron de trotskista. Sin embargo siempre estuvo más cerca del anarquismo. De "Paroles"
(Palabras) de 1946 es el poema "Un inventaire" (Inventario) que sigue a continuación:

Una piedra/ dos casas/ tres ruinas/ cuatro sepultureros/ un jardín/ flores/ una rata de albañal/ una docena de ostras un limón un pan/ un rayo de sol/ un escenario marino/ seis músicos/ una puerta con felpudo/ un señor condecorado con la legión de honor/ otra rata de albañal/ un escultor que esculpe Napoleones/ la flor que se llama caléndula/ dos enamorados en un gran lecho/ un recaudador de impuestos una silla tres pavos/ un eclesiástico un forúnculo/ una avispa/ un riñon flotante/ una caballeriza para caballos de carrera/ un hijo indigno dos frailes dominicos tres langostas/ un traspuntín/ dos rameras un tío Cipriano una Mater Dolorosa tres padres chochos dos cabras del señor Seguin/ un tacón Luis XV/ una butaca Luis XVI/ un aparador Enrique II dos aparadores Enrique III tres aparadores Enrique IV/ un cajón suelto/ un ovillo de hilo dos horquillas un señor de edad/ una Victoria de Samotracia un contador dos ayudantes de contador un hombre de mundo dos cirujanos tres vegetarianos/ un caníbal/ una expedición colonial un caballo entero una media pinta de buena sangre una mosca tsé-tsé/ una langosta a la americana un jardín a la francesa/ dos patatas a la inglesa/ un par de impertinentes un lacayo un huérfano un pulmón de acero/ un día de gloria/ una semana de bondad/ un mes de María/ un año terrible/un minuto de silencio/ un segundo de descuido y.../ cinco o seis ratas de albañal/ un niño que llega llorando a la escuela/ un niño que sale riendo de la escuela/ una hormiga/ dos pedernales/ diecisiete elefantes un juez de instrucción en vacaciones sentado en una silla plegadiza/ un paisaje con mucha hierba verde/ una vaca/ un toro/ dos bellos amores tres grandes armonios un ternero a la Marengo/ un sol de Austerlitz/ un sifón de agua de Seltz/ un vino blanco con limón/ un Pulgarcito un gran perdón un calvario de piedra una escala de cuerda/ dos hermanas latinas tres dimensiones doce apóstoles mil y una noches treinta y dos posiciones seis partes del mundo cinco puntos cardinales diez años de buenos y leales servicios siete pecados capitales dos dedos de la mano diez gotas antes de cada comida treinta días de arresto quince de ellos en el calabozo cinco minutos de entreacto y/ muchas ratas de albañal.