28 de septiembre de 2008

Wilfred Owen, Harold Pinter y la guerra

El poeta inglés Wilfred Owen (1893-1918) llegó a publicar en vida apenas cinco poemas, ya que la muerte lo sorprendió durante la Primera Guerra Mundial. No obstante, su obra es uno de los ejemplos más valiosos de la llamada "poesía de la guerra", en la que unió la calidad formal con un alto contenido humano. Su poesía de denuncia, más que un canto patriótico fue una advertencia para las generaciones futuras. En una carta a su madre del 14 de mayo de 1917, describía así sus sensaciones con respecto a la guerra: "Es lo más parecido a la euforia en esos sueños en que caes en un precipicio y compruebas que las rocas vienen hacia ti y no puedes hacer nada". Owen no concurrió a una buena escuela ni a la universidad, pero comenzó formándose para ingresar a la curia anglicana. En 1913, decidió que la literatura le era más importante que la religión y un año después se alistó en el ejército. Uno de sus poemas más conocidos dice así:

DULCE ET DECORUM EST

Bent double, like old beggars under sacks,
knock-kneed, coughing like hags, we cursed through sludge,
till on the haunting flares we turned our backs
and towards our distant rest began to trudge.

Men marched asleep. Many had lost their boots
but limped on, blood-shod. All went lame; all blind;
drunk with fatigue; deaf even to the hoots
of tired, outstripped Five-Nines that dropped behind.

Gas! Gas! Quick, boys! - An ecstasy of fumbling,
fitting the clumsy helmets just in time;
but someone still was yelling out and stumbling,
and flound'ring like a man in fire or lime...

Dim, through the misty panes and thick green light,
as under a green sea, I saw him drowning.
In all my dreams, before my helpless sight,
he plunges at me, guttering, choking, drowning.

If in some smothering dreams you too could pace
behind the wagon that we flung him in,
and watch the white eyes writhing in his face,
his hanging face, like a devil's sick of sin;

if you could hear, at every jolt, the blood
come gargling from the froth-corrupted lungs,
obscene as cancer, bitter as the cud
of vile, incurable sores on innocent tongues,

my friend, you would not tell with such high zest
to children ardent for some desperate glory,
the old lie: "Dulce et decorum est
pro patria mori".

Una traducción al castellano, más o menos libre, podría decir así:

DULCE Y HONROSO ES

Doblados como viejos mendigos bajo bolsas,
chocando las rodillas y tosiendo como viejas, maldecimos en el barro
hasta darle la espalda a las condenadas bengalas
y poder arrastrarnos hasta un descanso remoto.

Los hombres marchaban adormecidos. Muchos ya sin botas
abrumados avanzaban sobre huellas de sangre. Todos cojos, ciegos,
ebrios de fatiga, sordos inclusive al silbido de las balas
que los cansados cañones Cinco-Nueve disparaban detrás.

¡Gas, gas! ¡Rápido, muchachos!; en un éxtasis de torpeza,
nos calamos los toscos cascos justo a tiempo;
pero alguien aún estaba gritando y tropezando
y ardía retorciéndose, como ahogándose en cal viva…

Borroso tras la máscara y a través de aquella verde luz espesa,
como hundido en un mar verde, lo vi como se ahogaba.
En todos mis sueños, ante mi impotente mirada,
se abalanza sobre mí, se atraganta, se ahoga, se apaga.

Si en alguna pesadilla asfixiante también puedes caminar
tras la carreta en la que lo pusimos,
y ver cómo retorcía los blancos ojos en la cara,
en su desmayada cara, como un diablo harto del pecado,
si pudieses escuchar a cada traqueteo
el gorgoteo de la sangre brotando de sus pulmones destrozados ,
repugnante como el cáncer, nauseabundo como el vómito
de horrorosas llagas incurables en lenguas inocentes,

amigo mío, no volverías a decir con ese alto idealismo
a los jóvenes ardientes sedientos de gloria
la vieja mentira: "Dulce y honroso es
morir por la patria".

La Wilfred Owen Association, una asociación creada en su honor, entrega cada dos años el "Wilfred Owen Award" a un escritor que continúa su tradición poética. Así, lo ganaron en su momento el chileno Pablo Neruda (1904-1973) y el irlandés Seamus Heaney (1939) entre otros. En 2004 el ganador fue el dramaturgo y poeta Harold Pinter (1930-2008) por su colección de poesía titulada "War" (Guerra), publicada en 2003. En el discurso que leyó el 18 de marzo de 2005 en Shrewsbury, Inglaterra, cuando recibió el premio, Pinter dijo lo siguiente:

"Este premio es un verdadero honor. Wilfred Owen fue un gran poeta. Articuló la tragedia, el horror e incluso la piedad -de la guerra- de una forma en la que ningún otro poeta lo hizo. Pero aun así no hemos aprendido nada. Casi cien años después de su muerte el mundo se ha convertido en un lugar más salvaje, más brutal, más impiadoso. Pero nos han dicho que el 'mundo libre' (encarnado por Estados Unidos y Gran Bretaña) es diferente al resto del mundo, ya que nuestras acciones son dictadas y sancionadas por una autoridad y una pasión moral otorgada por alguien llamado Dios. Algunas personas pueden encontrar esto difícil de comprender, pero para Osama bin Laden es fácil. ¿Qué hubiese hecho Wilfred Owen con la invasión de Irak?
Es un acto vandálico, un flagrante terrorismo de Estado, que demuestra absoluto desprecio por el Derecho Internacional. Una acción militar arbitraria inspirada por una serie de mentiras sobre mentiras y una grosera manipulación de los medios y por lo tanto del público. Un acto pensado para consolidar al ejército norteamericano y el control económico de Medio Oriente disfrazado -como último recurso (al ser imposible justificar todas las otras justificaciones)- de liberación. Una formidable reafirmación de fuerza militar responsable de la muerte y la mutilación de miles y miles de personas inocentes. Un recuento independiente y totalmente objetivo de los civiles iraquíes muertos publicado por la revista médica 'The Lancet' estima que la cantidad asciende a cien mil. Pero ni Estados Unidos ni Gran Bretaña se preocupan en contar a los iraquíes muertos. Como el general Tommy Franks del comando central norteamericano dijo: 'No nos ponemos a contar cuerpos'.
Hemos llevado a esa tierra la tortura, las bombas de dispersión, el uranio empobrecido e innumerables actos de asesinato azaroso, la miseria y la degradación del pueblo iraquí y lo llamamos 'llevar la libertad y la democracia a Medio Oriente'. Pero, como todos sabemos, no hemos sido recibidos con las flores anunciadas. Lo que hemos desatado es una resistencia feroz e imparable, desastre y caos. Llegado a este punto alguien puede decir: ¿Qué me dicen de las elecciones iraquíes? Bueno, el propio presidente Bush sólo respondió esta pregunta el otro día cuando dijo: 'No podemos aceptar que puede haber elecciones libres en un país bajo una ocupación militar extranjera'. Tuve que leer la declaración dos veces antes de darme cuenta de que estaba hablando de Líbano y Siria. ¿Qué es lo que Bush y Blair ven realmente cuando se miran en el espejo?
Creo que Wilfred Owen hubiera compartido nuestro desprecio, nuestra repulsión, nuestra náusea y nuestra vergüenza tanto ante el lenguaje como ante las acciones de los gobiernos norteamericano y británico".

Uno de los poemas del libro de Pinter dice así:

GOD BLESS AMERICA

Here they go again,
the Yanks in their armoured parade
chanting their ballads of joy
as they gallop across the big world
praising America's God.

The gutters are clogged with the dead
the ones who couldn’t join in
the others refusing to sing
the ones who are losing their voice
the ones who've forgotten the tune.

The riders have whips which cut.
Your head rolls onto the sand
your head is a pool in the dirt
your head is a stain in the dust
your eyes have gone out and your nose
sniffs only the pong of the dead
and all the dead air is alive
with the smell of America's God.

Una versión aproximada en castellano es:

DIOS BENDIGA A ESTADOS UNIDOS

Acá están otra vez,
los Yanquis en su desfile acorazado
entonando sus baladas de alegría
mientras cabalgan por el ancho mundo
alabando al Dios Norteamericano.

Las zanjas están tapadas de muertos
los que no se pudieron unir
los otros que se niegan a cantar
los que están perdiendo la voz
los que ha olvidado la melodía.

Los jinetes tienen látigos que cortan.
Tu cabeza rueda en la arena
tu cabeza es un charco en la tierra
tu cabeza es una mancha en el polvo
tus ojos se han salido y tu nariz
huele sólo el hedor de los muertos
y todo el aire muerto respira
el olor del Dios Norteamericano.

Sabido es que, en los últimos años, el compromiso político de Pinter se ha incrementado con la denuncia de los abusos de poder cometidos en el mundo. En la Universidad de Turín, al recibir el doctorado honoris causa, denunció en 2002 que la política exterior de Bush era "una pesadilla pública de la ignorancia, la histeria, la arrogancia, la estupidez y la beligerancia norteamericanas".